lunes, 30 de noviembre de 2009

Capitulo 5: Cara a cara

Central, Cuarteles de la milicia.

El teniente Gratec miraba al Jefe con una mirada desafiante, junto con el silencio del lugar, causaba que esto fuera a terminar muy mal. Vruscknell (apellido del jefe… si se acuerdan) empezaba a perder la paciencia, por eso con un rápido reflejo, apartó al militar que tenía en frente, dejando así a la niña descubierta: cara a cara.

La pequeña tenía mucho miedo, no se podía moverse, estaba paralizada; esa mirada entre ambos era más profunda de lo que parecía. Ella no podía hacer nada, ahora todo dependía de su suerte, su destino. Gratec y Armstrong se acercaron a la escena, pero otros militares impidieron que se acerquen, debido a que muchos querían ver lo que el Jefe podía hacer con aquel “muchacho” (la niña).

(La niña) Parpadeo por un segundo, y en ese instante, Vruscknell la tomó del brazo y ambos salieron del lugar hacia afuera, (la pequeña era llevada a la fuerza y mientras caminaban hacia la salida de allí, todos la miraban muy orgullosamente, sabiendo lo que podría llegar a suceder) al supuesto jardín que había sido arreglado por Armstrong.

Una gran multitud estaba situada en los alrededores de las grandes estatuas con la figura de Armstrong. (Eran exageradamente grandes).En el centro del lugar estaban el Jefe y la niña.

-Ahora pequeño joven – se sacaba el saco azul marino que llevaba puesto y se arreglaba la camisa – es hora de que demuestres ante todos lo que vales, si logras vencerme podrás pasar automáticamente el examen, y convertirte un alquimista estatal sin ningún perjuicio, pero si pierdes – se empezó a reír – nunca podrás volver a hacer este examen, sin ninguna excepción, tú eliges que hacer: darlo todo, perderlo todo o te vas; una simple decisión. – miró al “muchacho” que se veía un poco traumado.

-mente de la niña- Esto no puede ser posible, es todo o nada… no hay manera de que lo venza en un combate ni tampoco me puedo rendir ahora, todo lo que logre hacer para llegar a esta instancia tiene que tener un resultado positivo, debo hacerlo por mi bien. – tenía los ojos cerrados mientras pensaba; también tenía los puños cerrados y la cabeza baja.

Contesta rápido! ¡O caso eras una pequeñita niñita llorona que perdió a su mami! – lo dijo mirándola y riéndose.

Todos los que se encontraban en los alrededores no pudieron contener la risa---> XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Era lo único que se escuchaba: carcajadas que provenían de casi todos, excepto de Gratec y Armstrong (eran los que sabían la verdad del “muchacho”), solo tenían un gotero en la cabeza.

-mente de la niña- etto… es verdad lo que dijo, pero no me puedo comportar así. Le tengo que responder algo, o pensara que si soy una miedosa niña- alzó su cabeza y dijo- ¡Acepto tu reto! ¡¡¡¡¡Veras que te venceré y serás la vergüenza de Central!!!!!

-JAJA JAJA- risa irónica- ¡¡Pequeño insolente, lamentaras haber dicho eso!! – desenvaino dos espadas, que en realidad actuaban como una, eran las famosas Ka-jutshi, muy poderosas para un duelo con espadas y con alquimia; este encuentro, definitivamente, necesitaría ambas funciones.

-Esto se va poner muy interesante – dijo orgullosamente la niña, mientras sacaba un diminuto trozo de tiza que le serviría para dibujar sus círculos de transmutación.

-¡¡¡Nunca te daré el tiempo de dibujar, así que date por vencido!!!- lo señaló vulgarmente.

-Entonces, empiezo yo.- miró al jefe y luego se sentó en el piso.

-Eh, WTF?????, ¿qué estás haciendo?- dijo un poco impresionado

- Yo ya hice mi primer movimiento y tú también – pequeña pausa – me toca hacer que vayas volando por los cielos – se rió y empezó a acercarse a donde estaba el jefe

-Espera un momento – dijo viendo que el “muchacho” estaba muy cerca de él, casi rozando su cara (aclaración: este cuento no tiene yaoi ni hentai, este movimiento lo hizo por otra razón!!!)

UO.O---> era la cara de muchos de lo que vieron eso, incluso Armstrong y Gratec.

El “muchacho” se dio una vuelta alrededor del Jefe y terminó sentándose en el piso, nuevamente. Vruscknell estaba un poco confundido, pero eso no evitó que él vaya a atacar al “muchacho”; se acercó y le mostró, en su cara, el filo de esas espadas plateadas. La niña no pudo evitar reírse y de repente tocó el piso, en realidad, el círculo que había en él. Con esto, el Jefe salió volando debido al golpe de una gran mano de piedra (hasta unos 10 kilómetros). Nadie se había dado cuenta que ella dibujó su círculo, cuando estaba caminando alrededor del Jefe.

El Jefe venía caminando muy tranquilamente, pero eso era solo una impresión, porque él tenía algo en mente, algo demasiado peligroso para el “muchacho”: matarlo; por solo el hecho de haberlo dejado humillado con gran parte del ejercito.

-mente del jefe- Ahora veras mi verdadera furia.- pensaba mientras la niña se levantaba.

-mente de la niña- Esto no puede ser nada bueno, el se está riendo, tengo que ser más fuerte y no caer en sus ataques.

-Observa cómo te derrotare – dijo el jefe, al mismo tiempo, activó los símbolos que había en sus espadas.

-¡¡Eso no puede ser!! ¿¿¡¡Alquimia en unas espadas!!??- sorprendida

Vruscknell corrió lo más rápido que pudo y dio un gran salto; su plan era atacar a su oponente desde arriba para luego no dejarle salida y matarlo. El estaba encima de ella.

La niña retrocedió, pero como no fue más veloz que el movimiento de las espadas, fue herida en el hombro izquierdo; una gran cantidad de sangre se empezó a hacer visible.

-¡¡¡¡¡Maldito!!!!!- arrodillada, gritó muy enfurecida mientras se sujetaba el hombro lastimado.

El no le hizo caso y se preparó para atacarla otra vez.

La alquimia que era utilizada en las Ka-jutshi, servía para que sus movimientos sean más eficaces y a su vez más poderosos que una simple espada tradicional; pero eso no era todo, esas maravillosas espadas no podían ser utilizadas por nadie más, solo por su creador…

El hizo otro movimiento con sus armas mortales y atacó nuevamente. Pero no dio en el blanco. La niña detuvo el ataque con sus manos, que empezaron a sangrar. El Jefe la miró sorprendido, al ver que su oponente había hecho tal maniobra. Ella solo se rio de forma malévola y lo empujo con una gran fuerza, haciendo que las espadas cayeran al suelo. Ella se acercó a ellas.

-¿Qué haces? – dijo el Jefe al ver que la niña agarró sus espadas.

-Solo quiero probarlas, quiero ver que tan poderosas pueden llegar a ser. – las miraba muy detalladamente, a su vez, echó un vistazo a su hombro; que estaba ya curado, es decir, no había rastros de que la herida haya existido. Lo mismo ocurrió con sus manos. Pero la sangre aun estaba y eso le dio una gran idea.

Con su dedo ensangrentado, dibujo unos símbolos que suplementaban el círculo ya inscripto en las espadas.

Activó la alquimia. Todos estaban asombrados, incluso su mismo dueño, las espadas estaban funcionando, algo imposible para cualquier otro que no sea su creador, según Vruscknell. Ella se dirigió hacia donde estaba el Jefe, él estaba indefenso (solo podía usar la alquimia en su espada, esa era su única debilidad). La niña lo atacó y le causó la misma herida que ella tenía en su hombro, a él para luego lograr vencerlo.

El Jefe se arrodilló por el dolor, la herida era más grande y, al parecer, más profunda.

-La sangre es el elemento fundamental para dibujar los círculos en estas circunstancias – pensaba la niña.

El intentaba recuperar el aliento, apenas se pudo levantar, lo que quería era ganar esta pelea entonces vio que lo único que podía hacer ahora era utilizar su arma secreta: la alquimia transmutando su propio cuerpo.

Con este poder, convirtió su brazo en una gran espada; la niña sorprendida se puso en posición de lucha.

Esto recién estaba comenzando…

Casa de Chesca////

Todo estaba tranquilo en ese lugar, Chesca y Winry tomaban una pequeña merienda: Té con un pedazo de tarta de manzanas. Mientras comían se iban contando todo lo que había sucedido en el tiempo que no se habían visto.

-Parece que aquí no ha cambiado nada – dijo Winry

-Eso en cierta forma es cierto, pero la última semana he estado conviviendo con una pequeña niña. En realidad se molesta cuando le digo pequeña – suspiró y le vino a la cabeza una imagen de Ed. – se parece mucho a…- la interrumpió Winry.

-Puede ser, pero primero tengo que conocerla, además no creo que sea muy parecida a Ed, el era muy obstinado aunque el siempre quería cumplir con su promesa, siempre dejaba lo demás, solo por ese motivo. – miró para abajo y se puso triste.

-… aun los extrañas ¿es cierto? Siempre te quedas mirando al cielo como si algún día fueran a volver, pero nada es imposible para ellos, así que tú sigues con las esperanzas de que volverán. – dijo Chesca un poco nostálgica.

-Puede ser, pero cambiemos de tema – evitó que de sus ojos cayera una lagrima - ¿Cómo se llama ella?

- En realidad, no se mucho de ella. Nos conocimos en la biblioteca, cuando buscaba el autor de un libro.- se puso pensativa

-Entonces no sabes nada de ella. ¿Eso no te parece raro?- con una cara de preocupación.

-Si es verdad, es raro, aunque tiene un objetivo: descubrir quién fue el que escribió el libro que encontró para descifrar un secreto muy importante; eso es lo que me dijo. Aunque pensándolo bien, ella estaba interesada en el tema de los alquimistas estatales y desaparecía todo el día. – se tomo una pausa, tomó un poco de té y luego casi lo escupe todo a Winry.

-¿Qué te pasa?- exclamó Winry, acercándose a Chesca.

-Ya sé donde esta, ella está en los cuarteles del ejército; está preparándose para tomar los exámenes del estado. – dijo Chesca mientras se levantaba y miraba a Winry.

-Debemos ir a buscarla – dijo Winry

-¡¡Tienes razón!!

Ambas se ponían sus abrigos y se preparaban para salir.

En el cuartel, había mucha tensión. Una gran pelea se iba a librar ante los ojos de un gran público, gran parte del ejercito. El que ganaba iba a demostrar su inmenso poder ante los demás.

-mente de la niña- Tengo que vencerlo es la única forma de convertirme en una alquimista, con eso lograre descubrir quién soy en realidad, si lo tengo que matar… lo mataré sin piedad.

La mirada de la niña había cambiado, estaba totalmente concentrada en su objetivo.

¿Pero, ella sería capaz de cometer tal acto?