lunes, 30 de noviembre de 2009

Capitulo 4: Otra Vez

En Central, todo era calma: era un día soleado, la gente caminaba normalmente por las veredas de la ciudad, una brisa cálida se podía sentir, no había mucho ruido, era todo muy normal; excepto en los cuarteles, que pasaba todo lo contrario: la neblina de tierra, que se había levantado luego del gran derrumbe del muro, cubría todo el lugar, se podía apreciar el espantoso olor a tierra húmeda, y aparte de eso, el hermoso jardín de los cuarteles, ahora era un lugar lleno de escombros de muro junto con restos de los témpanos, que de a poco se iban derritiendo.

-Todo fue mi culpa, lo siento – dijo la niña muy apenada

-Lo que importa es saber si alguien salió lastimado físicamente, los daños materiales pueden ser arreglados por Amstrong, el es un experto arreglando este tipo de cosas – sonrió fingidamente, uno de los militares que antes se había reído de ella, cuando había ingresado al Cuartel.

Su descripción era: un joven adulto, de estatura y peso medio, sin sobrepasar los límites como Amstrong XD. Su pelo era castaño muy claro y tenía un corte parecido al de Edward. Sus ojos eran verdes esmeraldas.

Este mismo joven ayudó a la niña a levantarse y ambos entraron adentro. Amstrong (con sus destellos) se sacó el resto de la camisa que le había sobrado, y dejó a l descubierto sus músculos frontales. Hizo un súper movimiento de todo su cuerpo, utilizó su alquimia para arreglar todo el lugar y cuando terminó con la reconstrucción, se puso a admirar su trabajo.

-Este hermoso jardín ha quedado mejor que antes, esto se debe a que he utilizado una de las viejas técnicas que han pasado de Generación en generación en los Amstrong. – se empezó a alagar, mientras apreciaba el bello paisaje.

-No otra vez con la misma historia – mencionaron otros militares que se encontraban en el lugar, un aura oscura estaba sobre la cabeza de todos

-Mejor larguémonos, porque él va estar por un largo rato – exclamó uno de ellos, con una expresión de molestia.

Se retiraron a las espaldas de Amstrong, aun él apreciaba el lugar junto con sus brillitos característicos de su persona.

Adentro, todos andaban a las corridas de un lugar a otro, hasta que todos se detuvieron cuando el Jefe se puso en el medio de la sala. La niña cuando lo vio, se dio cuenta de que él importante Jefe había dejado de hacer sus tareas, solo por ella, porque ella había destruido medio cuartel. Intentaba mirar para abajo, pero igualmente se sentía perseguida por la mirada de él.

-¿Esta conmoción, a quién se le atribuye?, tengo que dejar asuntos de suma importancia, para venir a ver el desastre que hacen ciertas personas. Repito nuevamente ¿Quién ha hecho semejante acción destructiva? – habló con firmeza, aunque en momentos elevaba la voz, y a su vez fruncía el ceño.

De un segundo a otro, todos dirigieron su mirada al muchacho que se encontraba sentando en un banco, mirando para abajo.

-mente de la niña – ahora sí que me siento pequeña, diminuta y todo lo relacionado con los enanos (y enanas), por qué ahora todos se hicieron indiferentes y poderosos, ¿soy la única que se siente pequeña ahora? – se sonrojó y ahora si estaba siendo mirada por todos los que se encontraban en la gran sala. (Más o menos eran 200 o más militares y soldados).

-¿Tengo que suponer que tú fuiste, la persona que arruinó, gran parte de la estructura del lugar, en especial el jardín? – dijo el Jefe mientras se acercaba a ella.

-Si, yo fui la persona que causo todo esto. – respondió muy tímidamente, mientras se dio cuenta que él se encontraba delante de ella.

-El no tuvo toda la culpa, estaba demostrando sus habilidades alquímicas, pero un pequeño desperfecto en su restauración de los objetos transmutados, fue el que causó todo lo que ocurrió aquí. – interrumpió al jefe (el lindo militar Castaño claro) y defendió a la niña, interponiéndose delante de ella, quedando cara a cara con el Jefe; la pequeña se sonrojó un poco más.

-¿Por qué lo defiende Teniente Segundo, Gratec?, esto no es de su incumbencia, así que retírese de mi vista – dio la orden al militar, un poco enojado debido a que le faltó el respeto, cuando le hablo de ese modo.

-mente de la niña- Desearía meterme en un pozo, o que me trague la tierra, o que me pise un tres, o que pase cualquier cosa para que esta situación termine, no soporto esto, pero si digo algo en contra del Jefe, me mandara presa o no podre hacer el examen. –pensaba y se lo imaginaba con detalles y todo incluido; mientras permanecía callada.

En el otro mundo…

Todo no era normal en la pequeña ciudad de Múnich, no había peligro de incendio pero una gran cortina de humo cubría el cielo nublado, y evitaba que la suave llovizna se sintiera. Una multitud estaba en los alrededores del taller, viendo la forma de evitar que el humo se siguiera propagando.

Ed ya estaba en el lugar, se impresionó al ver que una gran cantidad de humo salía por todos los lugares del taller. Luego, empezó a buscar entre la gente a Al y a Eri (gritó, caminó de un lugar a otro, le preguntó a la misma persona como cincuenta veces, así que estuvo buscando muy intensivamente a su hermano y amigo) pero no los encontró, se dio vuelta repentinamente y vio fijamente al taller.

-Todo puede suceder, pero de seguro que ellos están ahí adentro, intoxicándose con los diversos gases tóxicos, que son nocivos si se aspiran en grandes cantidades. – dijo muy pensativamente.

Se sacó un grueso saco que tenía, lo tiró y luego entro al taller, corriendo y tapándose gran parte de la cara con el brazo, para evitar respirar el humo.

-¡¡¡Al!!! ¡¡¡Eri!!! ¿Dónde están? – gritó desesperadamente pero no tuvo respuesta alguna – mente de Ed- ¡¡K-SO!! ¿Por qué no aparecen donde estarán?- se movía lentamente.

Ed estaba adentro… pero Al y Eri ya estaban afuera desde hace un largo rato. Ellos empezaron a hacer lo mismo que hizo Ed (gritar, preguntar a una misma persona, etc.)

Hasta que una señora un poco anciana y de carácter bueno (y muy mal vestida, no sabía la combinación de los colores) les dijo que alguien, un pequeño rubio se había metido adentro del taller para buscar a un tal “Al y Eri”. Al escuchar ese testimonio de la señora, no tenían duda alguna; Edward estaba adentro buscándolos, pero ellos ya estaban a salvo, él que corría el peligro de intoxicarse, ahora era Ed.

Adentro, el pequeño rubio ya no podía respirar, ya casi no podía respirar, ni moverse y ni ver; estaba a punto de quedar paralizado.

-¡¡K- SO!! ¿A dónde se metieron? – dijo con mucho esfuerzo, casi susurrando, él estaba muy cerca de la “máquina que emitía humo”, ahí el humo era denso, pero ese era el único camino para llegar a la puerta de atrás o por la ventana del taller. En un último intento, hizo el esfuerzo para llegar, pero no lo hizo, quedó rendido y cayó al suelo en medio de la densa cortina de gases.

-¡¡¡¡¡EDWARD!!!!! – gritó Al cuando lo vio en el piso. A toda prisa, él y Eri se acercaron y sacaron al rubio desmayado, agarrándolo de los pies y los brazos.

Una vez afuera (los tres), dejaron recostado a Ed para que pudiera respirar un poco de aire, aunque también había humo, pero en menor cantidad que adentro.

Pasaron apenas media hora para que Ed pudiera reaccionar, de a poco empezaba a abrir los ojos.

- ¿Qué me pasó? – dijo mientras abría sus ojos y veía la sombra de alguien enfrente suyo.

-Bien, después de todo, siempre despiertas. – exclamo Al, feliz de que su hermano esté un poco mejor.

Ed un poco confundido empezó a mirar hacía todo lados hasta que recordó porque estaba en ese estado. Eri se acercó a él y lo ayudó a levantarse.

- Veo que los dos están bien, pero cuan… -empezó a toser un poco fuerte, el rubio pequeño

-Eso no importa, ahora, estas bien, eso era lo importante. – sonrió Eri, de manera fingida mirando a Al

-Si – lo dijo forzosamente Al, mientras observaba a su hermano pero luego debió su mirada hacia el constante humo que salía del taller.

-Debemos irnos de aquí, si nos encuentran, pensaran que fuimos nosotros, debido a el otro accide… - Ed empezó a toser, de nuevo, porque aun tenía en su cuerpo una cantidad importante de humo.

-----------------------------------------Flashback

Se ve a unos jóvenes entrando a un galpón de una fábrica. Estos se llamaban Ed, Al y Eri. Habían ido a ese lugar para determinar si sus hipótesis sobre la ubicación de la bomba de Uranio, eran ciertas.

-Ed, estás seguro de que este es el lugar – dijo Al mientras caminaba en la oscuridad del galpón.

-Si, lo estoy – mente – eso creo – expresó su hermano con un tono bajo

-Según ustedes, este es lugar, pero yo les dijo que no es aquiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!! – Eri cayó a un hueco que habían en el medio del lugar.

-¿Qué fue eso? – preguntó Al sin respuesta alguna

-Debió ser algo de afuera, así que sigamoooooooooooooooosssssss. – se cayó Ed

Se escuchó otro gran estruendo que asusto a Al. El estaba solo en la oscuridad y comenzó a sentir escalofríos. Empezó a caminar de un lado a otro para buscar alguna señal de vida de Eri y Ed, pero no encontró nada. Mientras Al estaba un poco preocupado, los otros dos estaban tirados en un supuesto subsuelo. El pequeño rubio se levantó y se dio cuenta que había caído en un lugar muy distinto al galpón, miró para arriba y distinguió el hueco, por donde había caído. Luego se puso pensativo, porque no sabía cómo harían para subir.

Eri se levantó muy silenciosamente, y se acercó hacia donde estaba Ed y le tocó el hombro; cuando esto sucedió el rubio pegó un grito y un salto. Eri, al ver lo sucedido, se quedó perplejo sin poder decir una palabra alguna. Al, pudo escuchar todo el escándalo que provenía de abajo, y se acercó al hueco, pudiendo ver a los dos, que estaban con un gotero en sus cabezas. Pero justo en ese instante, la parte en donde estaba Al se empezó a tambalear y rápidamente se desprendió junto con él.

Ahora los tres estaban juntos.

Al mismo tiempo, los tres empezaron a golpear los muros de los alrededores, que se desmoronaron a la vez.

-IDIOTAS!! – gritó Ed muy enojado.

-Como si tu no lo fueras – expresó Eri, con la mirada fija a el

-No discutan, mejor salgamos de aquí – argumentó Al, un poco preocupado al ver que rápidamente todo se venía a ellos.

Corrieron, corrieron y corrieron, hasta que salieron del lugar, por un gran agujero que se abrió en una de las paredes.

Cuando salieron pensaron que no habría nadie afuera, pero era todo lo contrario: medio mundo de Múnich estaba en el lugar, presente en los hechos sucedidos. Los tres se sintieron un poco observados y luego, cuando se fueron silbando tranquilamente, la multitud los empezó a perseguir sin parar (en realidad hasta que los atraparon… dos días después). Fueron llevados presos por los incidentes causados, pero salieron gracias a la ayuda del Oficial Maes Hughes (que estaba comprometido con Gracia).

Después de este pequeño incidente, toda la población de la ciudad los conoce por haber destruido un edificio entero.

Fin del Flashback////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

-Tienes razón, vámonos –dijo Al mientras se levantaba y ayudaba a Ed

-Apúrense, me parece que están aquí los que la anterior vez nos persiguieron – dijo Eri mirando hacia todos lados.

Los tres se van sigilosamente, evitando ser vistos.

En el otro lado de la puerta…

La situación era un poco complicada y arriesgosa para la niña, porque pensaba que dos personas sabían su verdadero secreto.

-mente de la niña- tengo que hacer algo ahora mismo, o estare perdida.

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